Es el cumpleaños de María y ha invitado a sus amigos a pasar la tarde en su casa. Después de merendar…
MARÍA:¡Tiempo! Ya pasó el tiempo. Cada uno que ponga sus cartulinas boca abajo. Ya no pueden escribir más. Hidro, ya acabamos, puedes venir.
ANA:Esperen a que remueva las cartulinas para barajarlas bien.
HIDRO:Vale, ya estoy aquí. ¿Ahora que tengo que hacer?
ANA:Ya te lo dijimos: Coge las cartulinas en el orden que quieras, las lees en voz alta y nosotros tenemos que averiguar a quién pertenecen.
HIDRO:A ver la primera pista: “Los demás me ven como una persona muy desordenada, pero lo que no saben es que yo tengo mi propio orden”.
GUILLERMO :Eres tú, Pablo.
PABLO:Ja, ja, ja. ¡Qué gracioso!
ANA:Si no nos tomamos en serio el juego, lo dejamos ahora.
GUILLERMO :Perdona. Creo que es María.
MARÍA:No, yo no soy.
HIDRO:Quedas eliminado. Segunda pista: “En lo que más me gustaría que se fijasen los demás es en mi sinceridad, y no en otras cosas”.
PABLO:Ni idea. ¿Será Guillermo?
HIDRO:No. Ya sabes, fuera. Tercera pista: “Lo que la gente no sabe es que puedo tener hasta cuatro o cinco brazos, depende, buscaos conmigo, amigo”. ¿Alguien se atreve? Última pista: “El calor me ciega y los niños me pintan en las paredes”.
ANA: Hidro, tú no participabas, eres el jurado.
HIDRO:Bueno, pero respondí a la pregunta del juego:¿Cómo soy yo?
Pablo, María y Guillermo están sentados cerca de la puerta de la clase. La profesora acaba de repartir los exámenes…
PABLO: No sirvo para nada.
MARÍA: ¿Por qué dices eso?
GUILLERMO: Hombre, no creo que sea para tanto.
PABLO: Es que me lo dicen en mi casa: no sé hacerme la cama, ni poner la mesa, ni doblarme la ropa...soy un desastre.
GUILLERMO: No exageres. Tú juegas muy bien al fútbol, cuentas unos chistes muy buenos…así que para algo sirves.
PABLO: La culpa la tiene la profesora, por poner un examen tan difícil.
MARÍA: ¿Estudiaste? A lo mejor es que no estudiaste lo suficiente.
PABLO: No merecía la pena, nada lo merece. Esto no sirve para nada ¿Para qué quiero saber esas tonterías?
GUILLERMO: Otra vez estás exagerando. Claro que sirve, por lo menos para no tener que estudiar en verano.
PABLO: Sí claro, qué fácil ¿Comparamos las notas?
MARÍA: No es necesario comparar.
PABLO: Yo saqué un cuatro. Ahora se lo tendré que enseñar a mis padres, y cuando lo vean, ya verás…si es que en el fondo no valgo ni para estudiar. No valgo para nada.
MARÍA: Anímate, no puedes decir que no vales para nada. Tienes que ser más positivo. Lo importante es que te sientas a gusto siendo como eres. A mí me encantan tus ojos, y lo que me río contigo, debería aprender de ti. Aunque también es cierto que en el estudio deberías esforzarte más; esto sólo es un control.
PABLO: La verdad es que si estudiase un poco, sacaría un diez.
GUILLERMO: No tengo ninguna duda. Pero tampoco te confíes demasiado, tienes que estudiar lo que sea necesario.