“ENTRE TODOS”
5º de Primaria
Unidad de Integración
NARRATIVA
Llueve. Después de tres días, sigue lloviendo. Hoy hemos quedado en casa de Guillermo. Ya estamos todos, solamente falta Hidro, que estos días está más contento que de costumbre. Por fin aparece por el grifo de la cocina.
PABLO: ¡ya era hora!
HIDRO: Perdónenme, pero estaba hablando con la lluvia y no me he dado cuenta de la hora.
GUILLERMO: Estás perdonado, no te preocupes
ANA: Si no es indiscreción, ¿de qué hablaban?
HIDRO: Hablábamos de nuestros recuerdos, de nuestras familias, de nuestros amigos en común.
MARÍA: Nunca nos has hablado de ellos.
GUILLERMO Y PABLO: Es cierto
ANA: Podrías hablarnos de tu casa, de tu familia…podrías hablarnos de tus recuerdos.
MARÍA: Yo siempre he tenido curiosidad por saber cómo llegaste aquí.
HIDRO: Todo empezó hace mucho tiempo. Nosotros tenemos la costumbre de vivir todos los hermanos juntos dentro de la boca de nuestra madre. Hacia allí regresaba, solo y bastante cansado, aquella noche. De repente oí un pequeño chapoteo. Todo estaba tranquilo y aquel sonido era muy sospechoso. En ese preciso momento apareció; en ese instante cambió mi vida. Me saludó y me dijo que no temiera nada, que solamente quería hablar conmigo. No recordaba haberle visto nunca; ninguna de sus ocho caras me resultaba familiar; tal vez, pensé, las habría olvidado. Así que me dispuse a escuchar. “Vengo a hacerte un favor que te salvará la vida. No me preguntes cómo me he enterado, pero están esperándote para detenerte. Has sido denunciado por dejar de practicar las milenarias y secretas enseñanzas del Maestro Gran Gota, y sabes que no hay acusación peor”. Debía de haber un error, nunca hice nada parecido. “No te acerques a tu madre, no te despidas de nadie. Huye lo más lejos posible”. Y así lo hice. Después de años viajando sin dirección, por azar, un buen día llegamos a *****************************************************************************
“ENTRE TODOS
5º de Primaria
Unidad de Prestigio Social
NARRATIVA
Quedé con Ana, pero no se presentó. Así que fui a su casa para ver qué le había pasado. Cuando llegué estaba en su habitación, escribiendo en la libreta.
HIDRO: Te estaba esperando, Ana, ¿Qué te pasó?.
ANA: Perdona Hidro, pero no me acordé. Mañana tengo que presentar una redacción a un concurso del colegio y no me di cuenta de la hora. Perdóname. Ya terminé, si nos damos prisa, todavía podemos quedar, ¿no?
HIDRO: Déjalo, no llegaríamos ni con magia.
ANA: Perdona…
HIDRO: Si quieres que te perdone, ¿por qué no me lees lo que escribiste?
ANA: No, pídeme otra cosa; me da vergüenza.
HIDRO: Pero si soy yo, Hidro
ANA: Por eso mismo, eres mi amigo y no puedo leértelo.
HIDRO: Por favor.
ANA: Está bien, pero con una condición: no te rías
HIDRO: Vale, me parece bien. Pero, ¿me dejas que al final te haga algunas preguntas?
ANA: Vale, pero sólo al final
HIDRO: Voy a sentarme. Cuando quieras puedes empezar.
ANA: “Esta es la historia de una chica corriente. No era ni demasiado guapa, no demasiado lista, ni demasiado alta. Pero, aunque ella todavía no lo sabía, su vida y la vida de todos los que la rodeaban, iba a cambiar.
Durante las últimas semanas había tenido la ligera sospecha. No sabía si por pereza o por cobardía, todavía no había hablado con nadie sobre el tema. Pero por mucho que quisiera evitarlo, ya no puedo ocultarlo por más tiempo, debía de reconocerlo abiertamente, sin miedos y que pasase lo que tuviera que pasar. Se miró en el espejo y dijo en voz alta:” Yo, Ana Elena Pérez Arcade, ya no soy más yo, sino que soy una superheroína, soy Supergirl”. No había duda, la realidad era rotunda.
Le hubiera encantado recordar cuándo fue la primera vez que fundió con su sola mirada barras de acero, o cuándo levantó con una mano un camión, o cuándo voló por encima de las casas. Le hubiera gustado recordarlo, pero no lo consiguió.
Y la verdad, puestos a pensar y a elegir, hubiera preferido ser otra. Siempre le habían atraído más los personajes enmascarados que ocultan su identidad, como Spiderman, Batman o Catwoman…o puestos a elegir, hubiera preferido ser Mulán, Bella o, incluso, Campanilla. En su lista de preferencias, Supergirl no ocupaba los primeros puestos. No le agradaba esa capa tan larga y pesada, esa “S” tan difícil en medio del pecho, esos escarpines rojos de neopreno, eso incómodos leotardos y, lo que probablemente más odiaba, ese caracolillo en medio de la frente. Pero bueno, debe ser que una no puede elegir ser superheroína, y menos aún, decidir cuál quiere ser.
HIDRO: y tú ¿A quién admiras?
“ENTRE TODOS”
5º de Primaria
Unidad de Violencia
NARRATIVA
María ya estaba allí cuando yo llegué. Me pregunto si sabía algo, si Hidro me había dicho el motivo por el cual quería vernos con tanta urgencia.
MARÍA: Willy no entiendo nada. Nunca había visto a Hidro tan enfadado.
Llamamos a la puerta. Nadie contestó. Abrimos muy despacio, casi sin hacer ruido. Nos asomamos, pero la habitación estaba vacía. Antes de entrar, volvimos a llamar. Solamente silencio.
Sin darnos cuenta apareció junto a nosotros Hidro.
HIDRO: No se asusten, por favor. No quería asustarlos. Les llamé porque ayer vino a verme Ana y estuvimos hablando. Me sorprendió verla tan nerviosa, como si alguien estuviera persiguiéndola. Por fin me lo explicó todo, aunque ella no quería. Tenía miedo, mejor dicho, les tiene miedo a ustedes. Me comentó que últimamente están, constantemente insultándola, que no la dejan en paz. Y entonces recordé. Y, ¿saben qué es lo que recordé? Recordé el año pasado. Recordé cuando venían a pedirme ayuda porque no querían volver nunca más a clase. Cuando algunos compañeros les quitaban los bolígrafos y otras cosas. A veces, llegaban a casa con la ropa sucia, cuando no rota. No hablaban con nadie, salvo entre ustedes. Si les invitaban no iban nunca a las fiestas de cumpleaños, ni a las excursiones… ¿Recuerdas María como la mayoría de los domingos tenías vómitos o náuseas pensando en el día siguiente? Y tú Guillermo, ¿cuántos veces te mirabas en el espejo y pensabas que no valías para nada? Recordé todo esto. Y ahora pienso en ustedes este año y no llego a entender por qué han olvidado tan pronto el dolor de la agresión, el sabor del insulto y el olor del desprecio.
Y ahora, ¿qué hacéis?
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